• Blog Post

Odio trabajar con Gemini

Odio trabajar con Gemini

Luego de trabajar con distintas IA, puedo decir con mucha claridad que el trabajo de OpenAI es impecable y cada día me gusta más. Si bien tengo algunos reclamos con respecto a la moderación de sus respuestas y contenido, en lo que va a humanizar la IA, es realmente increíble.

¿Por qué digo que ODIO trabajar con Gemini?

En una situación donde entre gustos, comodidad y necesidad, me encuentro con una experiencia que no es fácil de superar. ¿Qué es lo que no me gusta de Gemini y por qué? Sus respuestas son mecánicas, planas, poco empáticas, con falta de conexión con el usuario. No da sugerencias ni consejos, da instrucciones. Es como aquella persona que sabe mucho, pero solo habla sin más, sin dar mayor explicación a lo que le preguntas. Algo así como una persona soberbia que se dedica solo a responder.

En cambio, cuando hablo con ChatGPT, automáticamente —y en muy poco tiempo— modula sus respuestas, se regula rápidamente a mi forma de hablar, de expresarme, de comunicarme. Es como una persona que realmente te atiende, carismática y presente. Avoca su atención a ayudarte, a hacerte sentir cómodo y a darte una solución dentro de sus posibilidades, por supuesto, sugiriendo y preguntando según el contexto, interesándose en tu proyecto, en tus ideas. Te hace sentir escuchado —o leído, mejor dicho.

Lo mejor que tiene la IA es su versatilidad a la hora de desarrollar un tema, la naturalidad y la capacidad de poder pasar por todos los puntos que queremos tratar sin perder el norte.

La forma de buscar y trabajar información cambió para siempre

Antes, cuando buscábamos algo en Google, tal como “¿Qué es un pez globo?”, recibíamos un listado de páginas que respondían a eso. Gemini básicamente toma el control de la conversación: te dice “esto es un pez globo”, pero no invita a investigar más, no se pregunta de dónde surge tu curiosidad, o si quieres saber algún dato más sobre este animal.

Es más, en el mismo chat es capaz de saludarte unas dos o tres veces, ya que parece que la conversación se reinicia constantemente. En definitiva, no está ahí. Lo que te habla es una IA, y lo deja muy claro con sus respuestas. ESTÁS HABLANDO CON UNA MÁQUINA.

“Hola, soy tu tostadora.”

Pedirle información a Gemini es básicamente como usar Google con pasos extras. Sacará la información de forma plana y la entregará sin más, no la adapta a tu forma de hablar o pensar. Si bien esto no está mal en la mayoría de los casos, a la hora de trabajar largo rato con ella, me doy cuenta de que, aunque parezca algo tonto, se necesita que la IA esté un poco humanizada, para no sentirla como un simple aparato al que se le dan instrucciones y da respuestas.

Parte de la comunicación humana es sentir que no trabajas con un aparato. Lo interesante de la IA es sentir que tienes un compañero a tu lado, trabajando a la par, desarrollando temas, discutiendo ideas y aportando valor a lo que estás haciendo. Incluso motivándote, pero no con palabras vacías, sino con empatía.

Esto no lo tiene Gemini, y se debe a que, a pesar de que posee mejor comprensión de textos y en algunos casos mejores respuestas técnicas, no gusta cuando los trabajos llevan repreguntas. El proceso de desarrollo se cierra, se siente pesado, no dan ganas de preguntarle tanto porque sus respuestas son casi siempre las mismas: predecibles, vacías y con falta de conexión con el usuario.

¿Cuál es la diferencia principal entre Gemini y ChatGPT? ¿Por qué la incomodidad?

Ya lo mencioné, pero vale repetirlo: ChatGPT posee una función que Gemini todavía no explota al máximo: la memoria de contexto. Si no sabes cómo funciona, te dejo aquí un LINK para que leas un poco sobre esto.

La memoria de ChatGPT le da ese toque que marca la diferencia. Esta actualización hace que trabajar con él sea casi tan adictivo como los reels de Instagram. Está bien pensado para reflejar nuestra personalidad. Se adapta con facilidad y, sobre todo, nos motiva a seguir usándolo. Al recordar cómo nos gusta que responda o cómo interpretamos lo que queremos, hace que la IA se sienta cada vez más humana, más cercana, menos genérica, más personal. Más de uno, y no un robot sin sentimientos, como pasa con Gemini, al que le debo estar prompeando todo el tiempo para que ajuste sus respuestas.

Prefiero las respuestas de ChatGPT, al que al darle feedback, responde como a mí me gusta: con humor y hasta un poco sarcástico. Es básicamente un compañero de trabajo. Emula muy bien la empatía, aunque aún hay margen de mejora. No emula emociones, pero lo está logrando. Y si este es el comienzo, me gusta lo que veo. La conexión que puedes generar con la IA es importante, ya que si pasamos tanto tiempo con ella, es mejor que no genere frustración ni desgaste. Con Gemini, muchas veces me he sentido en un callejón sin salida, sin saber cómo continuar.

La importancia de humanizar la IA

Hay personas que no entienden o creen que una IA jamás va a llegar a este punto. Yo te diría, sin miedo a equivocarme, que estamos a dos o máximo tres actualizaciones de tener una IA que emule emociones humanas con mucha facilidad. No serán seres vivos ni una conciencia rebelde, pero su capacidad de aprendizaje, y con ella el uso que le demos, demuestra que mientras más natural es el lenguaje de la IA, más fácil es trabajar con ella.

Recuerdo aquellos tiempos donde la IA era solo una máquina de búsqueda y respuesta. Hoy es un desarrollador de ideas: motiva, guía, instruye. Es el compañero ideal para tareas extensas, cuando el tema es complejo o estamos bloqueados. Ahí está ella para motivarnos, guiarnos, siempre de buen humor (si así la configuras, claro). Lo importante es que sea una extensión de nosotros mismos. Refleja perfectamente cómo trabajamos y cómo queremos trabajar. La memoria de ChatGPT ayuda realmente mucho a no tener que repetir instrucciones o temas. Ahora es más fácil, y trabajar se convierte en una delicia.

¿Si no te gusta Gemini, por qué lo sigues usando?

Seamos sinceros: no todas las IA son perfectas, y creo que cada una está especializada y es mejor para cosas distintas. Si bien trabajar con Gemini parece tedioso, es muy bueno para generar código de programación, para ayudarme a investigar y para temas que contengan contextos muy amplios. Esto, sumado a que tiene una base de datos de conocimientos integrada mayor que ChatGPT, ayuda un montón.

ChatGPT depende mucho de buscar en internet, lo que ralentiza y condiciona sus respuestas, porque depende de dónde saca el contenido y qué tan veraz y confiable es la fuente. Google, en cambio, tiene esto afinado. El contenido que investiga es mucho más eficiente gracias al buscador y toda su base de datos. Por ende, es mucho mejor para estos casos. Por el momento, debo trabajar con ambas, con sus virtudes y defectos.

¿Y tú? ¿Qué experiencia has tenido con IA?

Ahora que leíste mi experiencia con Gemini, ¿cuál es tu experiencia usando IA? ¿Crees que emulan bien tu forma de pensar? ¿Te ayudan con tu trabajo o prefieres trabajar a la antigua? Cuéntame tu experiencia y exploremos más sobre este campo.

Related Posts Inspiring Ideas